Elegante espejo realizado en murano, de perfil rectangular. Cuenta con un doble pasillo creado con cenefas de cristal enroscado ligeramente mate. El cristal del espejo es azogado. Las decoraciones que más llaman la atención son los remates florales de todas las esquinas. Es un espejo muy especial, perfecto para un recibidor... o como pieza principal de un tocador.
Es una auténtica obra de arte que decora la habitación con estilo y elegancia.
Origen del cristal de Murano
Encontramos su origen en artesanos huidos de Constantinopla, los cuales se establecieron en la zona de Venecia, alcanzando su arte gran relevancia social, en el siglo X. Sin embargo, a finales del s.XIII los incendios de las fábricas, construidas en madera, eran constantes, por lo que las autoridades decidieron ordenar a los vidrieros que se instalaran en la cercana isla de Murano, para que los posibles incendios no afectaran al resto de la ciudad. Durante siglos se ha conservado el arte del vidrio con mucho recelo, hasta el punto de que nadie podía salir de la isla sin permiso oficial para evitar la transmisión del secreto de su producción.
¿Cómo se fabrica?
El vidrio está formado de sílice, que se disuelve a altas temperaturas, entre 1200 a 1400 grados centígrados hasta formar una pasta. Tras reducir la temperatura a 800°, el vaso líquido es recogido en el extremo de la cerbatana por uno de los ayudantes del Maestro, el "servente". Durante este procedimiento, el "servente" enrolla la tubería en el horno, y luego lo levanta para sacarlo del vaso, haciendo girar la tubería para eliminar cualquier exceso. Los humos derivados de este proceso son altamente tóxicos, por lo que los trabajadores sólo pueden ejercer durante 25 años.
En la parte superior de la burbuja se pueden agregar varios materiales, como hojas de metales preciosos, bastones finos de vidrio o pastas para colorear, con el fin de ornamentar. Posteriormente el vidrio se estira, se tritura, se pellizca, se plancha, se raya, se alarga y se corta. Los maestros giran el vaso sobre las tuberías formando círculos simétricos en el aire, obteniendo así la forma deseada, como las piezas de nuestros espejos. Una vez terminada la pieza, se recuece bajando gradualmente la temperatura para así evitar que el vidrio explote. Una vez enfriado comienza la fase de pulido en frío.