Óleo sobre lienzo firmado por el consagrado artista Francisco Molinero Ayala. Representa un bodegón en colores muy brillantes. Con un estilo que tiende a la geometrización de las formas, podemos distinguir numerosos elementos vegetales combinados con elementos cubistas, casi abstractos, sobre una sábana blanca y con un fondo uniforme en tono azul.
Más sobre el autor…
Francisco Molinero Ayala nace en 1945 en Jaén. Cursa sus estudios en la Estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y una vez terminados, en 1972 prepara su primera exposición en el Ateneo de Madrid. En ese momento tenía una preocupación social que aún hoy mantiene. Partía de una mezcla de un cierto expresionismo con una dureza de trazo y algo que siempre le ha acompañado, el lirismo. En ese momento trabajaba dentro de la figuración. Tras esta etapa inicial comenzó su carrera como docente. Obtiene la Cátedra de Dibujo en el Instituto Gerardo Diego. Doctor en Bellas Artes, se incorpora como profesor titular de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.
Pasa largas temporadas en Alicante, manteniendo estrechos vínculos con los círculos artísticos de la comarca, donde expone y es seleccionado en múltiples ocasiones en distintos certámenes y muestras.
Obtiene numerosos reconocimientos, destacando el Primer Premio de Dibujo de la Dirección General de Bellas Artes de Madrid (1972), Medalla de Plata del Gran Premio del Círculo de Bellas Artes de Madrid (1975) y Premio Bienal de Pintura «Emilio Várela» de Alicante (1983).
Expone individual y colectivamente en distintas ciudades españolas: Madrid, Murcia, Valladolid, Alicante, Castellón, Jaén, etc., y sus obras figuran en fondos pictóricos de numerosas entidades como Museos, Universidades, Ayuntamientos, Diputaciones…
Para la creación de su obra se mueve a partir de los sentimientos, de la pasión y de la inteligencia. Destaca en su pintura el uso del color, el ritmo y la significación que algo pueda tener por encima de la representación más figurativa. Gusta de la ordenación en su obra de una manera constructivista, a base de estructuras geométricas concienzudamente estudiadas. Comenzando su obra en un sentido más figurativo, ha evolucionado hacia soluciones más abstractas. En su carrera evoluciona también hacia un mayor empleo del color, en busca de una mayor espontaneidad en sus obras. Se convierte así en un gran apasionado del color, y de su capacidad de ordenar y estructurar los espacios y las superficies. Es común en su obra encontrar la combinación de una mancha más abstracta con zonas más regidas por el orden geométrico o gráfico. Sus referentes son Paco Baños, Zabaleta, el grupo de Cuenca, Paco Echauz y Juan Barjola.
Busca que el espectador se deje llevar al contemplar su obra, sin centrarse en buscar tanto referencias reconocibles como en gozar con su arte.
