Pendientes isabelinos charros antiguos, oro 18k y diamante talla antigua
Pendientes isabelinos charros, típicos de la provincia de Salamanca, en oro de 18k y diamantes en talla antigua. Aunque actualmente se encuentran separados, responden al modelo conocido como “doble teja”, en el que ambas piezas irían unidas formando un único pendiente colgante. La pieza más grande, la que iría en la zona superior, presentan una forma almendrada, con una parte central en forma de lágrima, con mayor relieve, rodeada por una orla ornamental trabajada con filigrana con ocho uniones. Tanto la parte central como los 8 extremos tienen en su centro diamantes en talla antigua, también conocidos como diamante negro o diamante en roca. Por su parte, la pieza de menor tamaño, sigue la misma composición, pero con una forma más redondeada. El cierre es de tipo omega.
Son piezas clásicas, típicas de la indumentaria charra salamantina. Es uno de los símbolos más representativos de la provincia, y se considera también símbolo de protección.
Por otra parte, el estilo isabelino afectó principalmente a las artes decorativas y se denomina así porque ocupó el reinado de la Reina Isabel II (1833-1868). Caracterizado por la ostentación y decorativismo, se aprecia en él la influencia del neogótico. Esta pieza es el ejemplo perfecto de la combinación de estos dos elementos.
Un complemento clásico y elegante.
Historia
Por su forma tradicional, hay quienes sostienen que el botón charro es una deformación de un disco solar de carácter céltico o celtíbero y que pudo ser utilizado como ornamento o signo distintivo desde época del Alto Imperio, allá por los siglos II y I a.C. Otros creen que se trata de una deformación de aquellas piezas que utilizaban los romanos y después los visigodos para unir sus vestimentas. La filigrana charra ha llegado a nuestros días gracias al gremio de plateros Salmantinos del Siglo XVI. Actualmente, son los artesanos los que mantienen la tradición.
Curiosidad
Antiguamente, el anillo con el botón charro era el anillo de pedida. En vez de las bolitas del botón charro se ponían piedrecitas, y la novia debía llevarlo puesto todo el día, hasta que se le cayeran todas las bolas. Una vez que el anillo quedaba únicamente con la piedra central, era el momento de casarse.
Medidas pendientes grandes: 2,3 x 2 cm
Peso pendientes grandes: 5.599g
Medidas pendientes pequeños: 2 x 1,5 cm
Peso pendientes pequeños: 4.506g
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